Recomendaciones para el verano

Ya estamos sumergidos en pleno mes de julio y con agosto por llegar, los meses de vacaciones por antonomasia. Vacaciones. ¡Qué palabra tan fantástica! ¡Cómo deseamos durante todo el año que lleguen! Sin embargo, cada vez son más personas las que sufren estrés durante sus vacaciones.

Muchas veces, lejos de estar disfrutando de estas fechas, son frecuentes los casos de angustia, ansiedad y estrés en vacaciones debidos fundamentalmente a los cambios que representa este periodo frente a la rutina y que impiden que se descargue la tensión por los mecanismos habituales.

Dedicar más tiempo a las relaciones familiares y sociales; organizar las vacaciones; cambiar el lugar de residencia; encontrarse en destinos desconocidos o la dependencia del trabajo son algunas de las situaciones desencadenantes. Por otro lado, el entorno de crisis favorece que se acumulen tensiones y miedos que conllevan un importante desgaste emocional y que puede originar episodios de estrés o malestar coincidiendo con las vacaciones.

El estrés estacional suele manifestarse de forma leve o moderada con síntomas como irritabilidad, inquietud o dificultades en las relaciones familiares y sociales. También tiene consecuencias en el plano físico con trastornos digestivos, problemas para conciliar el sueño, cansancio, mareos o dolores de cabeza, entre los problemas más frecuente.

Aquí van algunos consejos para que este verano sea provechoso y lo disfrutes al máximo.

Consejos para aprovechar tu verano

 

Planifica

Los preparativos antes de un viaje pueden ser motivo de nerviosismo. Es recomendable no dejar la organización para el último momento, especialmente si se viaja al extranjero o con niños. Preparar una lista con las cosas por hacer es una forma sencilla de no olvidarse de nada, controlar mejor la situación y minimizar los posibles imprevistos.

Desconecta del trabajo

Para la desconexión de las obligaciones laborales es importante establecer límites y respetarlos para que el trabajo no interfiera en el tiempo de descanso.

Evitar el uso abusivo de nuevas tecnologías

Disminuir el uso de las tecnologías que generan dependencia como la tablet o el smartphone es importante para lograr un descanso real.

Normalizar los cambios

Identificar y ser conscientes de los cambios que pueden suponer las vacaciones es un paso previo para poder afrontarlos con normalidad y mayor seguridad, evitando sensaciones de miedo o inquietud.

Dedicar tiempo a actividades que te gusten o motiven

Practicar deporte, planificar actividades con amigos o dedicar tiempo a las aficiones son algunas de las actividades placenteras que hay que promover para disfrutar y relajarse en verano. Si una de tus aficiones es la lectura en Potencial de Acción podemos sugerirte algunos libros para aquellos que quieran comenzar un cambio en su vida.

Sin embargo, también es aconsejable practicar la asertividad en aquellas situaciones que suponen compromisos o situaciones incómodas.

Alimentación sana

Una alimentación saludable, con las lógicas licencias estivales, ayuda a disminuir los niveles de estrés y ansiedad. Aprovecha los alimentos típicos que esta estación nos proporciona, verduras frescas, frutas y pescados.

Es verdad que en verano apetecen más las tapitas, la cervecita, los combinados, los helados… todo ello con un gran aporte calórico y de grasas. Pero eso no es excusa para intentar comer más saludable. Podemos combinar todo lo que hemos dicho con comidas y cenas más ligeras: ensaladas, cremas y sopas frías, gazpacho, salmorejo… y sobretodo muchos líquidos. Zumos de fruta bien fríos, granizados naturales, refrescos sin gas, ¡el repertorio es muy amplio!

Duerme bien

No es necesario madrugar o acostarse muy pronto en vacaciones, pero mantener un ritmo de 8 horas de sueño al día favorece el bienestar emocional y facilita la posterior vuelta de vacaciones.

Empieza a meditar

La meditación es una habilidad necesaria para aprender a regular emociones con eficacia. Generalmente tenemos la costumbre de intentar evitar las emociones desagradables. Si nos entrenamos en mindfulness, por ejemplo, poco a poco conseguiremos mirar sin juzgar a las emociones desagradables que aparecen. El camino más rápido para que este tipo de emociones aumenten es precisamente intentar evitarlas, no les prestes demasiada atención, son temporales, pasarán. Míralas como lo que son pensamientos pasajeros, como nubes en un cielo azul, moviéndose hasta que pasan.

Desconecta los relojes

Las vacaciones son el momento ideal para desconectar de la rutina. ¿Y qué mejor que olvidarse de las horas? No te pongas despertador por la mañana, olvídalo, tu cuerpo te despertará cuando lo necesite. Habrá días que te levantes tarde y otros temprano, pero considéralo una cura de sueño.

No te quedes en casa

Aprovecha que los días son largos, que no tienes nada que hacer en casa, y sal. Aunque no puedas ir fuera de tu ciudad a pasar los días de vacaciones, seguro que donde vives hay un montón de cosas para hacer fuera de casa. Aprovecha la luz del sol y broncéate mientras das un paseo o mientras desayunas en una terracita al sol.

Si eres de los que deben trabajar durante el verano, no te preocupes, aprovecha que los días son más largos y en cuanto tengas cinco minutos libres, sal a la calle y deja que la energía del sol te llene de buenas vibraciones.

Haz vida social

Tanto si estás de vacaciones como si te quedas trabajando, una de las mejores maneras de aprovechar y disfrutar el verano al máximo es hacer vida social. Queda con aquellos amigos a los que hace tiempo que no ves, organiza cervezas después del trabajo con tus compañeros, aprovecha los momentos para dedicarlos a los que te rodean y para compartir el calor y la buena compañía.

Plantéate nuevos retos

A pesar de que normalmente la lista de buenos propósitos la hacemos a principios de año, por qué no aprovechar a mitad de año para hacer una revisión de esos propósitos. No hace falta hacer un análisis muy en profundidad, simplemente plantéate dónde estás y dónde te gustaría estar. Y si crees que debes plantearte nuevos propósitos, es el momento. Aprovecha y analiza lo que quieres hacer hasta que acabe el año.

Aprovecha para conocerte y disfrutarte

Ahora que es verano y que, quizás, estés de vacaciones, vas a tener más tiempo libre. Aprovéchalo para mirarte a ti mismo/a y hacer lo que realmente te apetece. Lee un buen libro, ve a que te den un masaje, relájate en la piscina o aprovecha para ir de compras o a algún acontecimiento deportivo. Lo importante es que tengas en cuenta que son TUS vacaciones y que eres TÚ quién ha estado trabajando todo el año para disfrutarlas.

Olvídate de tus complejos

Ya ha pasado la operación bikini, no te obsesiones. El verano es para disfrutar, para vivir, para sonreír y para aprovechar la energía del sol y convertirla en buen rollo. No te preocupes por tu físico, nadie en la playa ni en la piscina va a estar evaluándote, y si alguien lo hace, créeme, es su problema: imagina qué vida tan triste es la de aquél cuya única diversión es criticar a los demás.

Disfruta contigo mismo/a y con los que realmente te importan. Así podrás llegar a Septiembre con las pilas recargadas e iniciar el nuevo curso con intensidad, con la mente despejada y con buen humor. ¿Qué más se le puede pedir al verano?

Y, si quieres mejorar algún aspecto de tu vida, aprender a relacionarte mejor, a sentirte mejor contigo mismo… recuerda que en Potencial de Acción contamos con sesiones online. Consúltanos sin compromiso.

Haz deporte

El cuerpo humano está hecho para saltar, correr, escalar, coger peso y un largo etcétera. Pero desgraciadamente, en esta sociedad, para lo único que nos sirve suele ser para cubrirlo con telas caras.

Hay numerosos estudios que relacionan el ejercicio físico con el estado de ánimo, en algunos, incluso su eficacia es comparable a la de algunos antidepresivos.

Pero no hace falta que tengamos un trastorno para empezar a ejercitarnos, podemos hacerlo para aumentar nuestro bienestar.

En general, las personas que comienzan con el ejercicio físico, lo hacen con un objetivo estético. No caigas en esa trampa, que tu meta sea encontrarte mejor. De esta manera, a las pocas semanas, ya empezarás a recoger lo que has sembrado.

Por supuesto, evita las horas centrales del día. Haz deporte a primera hora de la mañana o a última de la tarde.

También puedes optar por un deporte acuático, de esta manera, aparte de hacer ejercicio, combatirás el calor.

Escápate

Los viajes siempre llevan asociados un crecimiento personal. Cuando vamos a un sitio nuevo, nos desafiamos a nosotros mismos. Probamos comidas nuevas, aprendemos costumbres, formas de vida, otros idiomas o nos perdemos por calles desconocidas.

Este tipo de retos hacen que tengamos que sacar lo mejor de nosotros mismos. Además, viajar nos abre la mente. Por eso está dentro de mis recomendaciones de este verano.

No hace falta que viajes al otro lado del mundo o que te gastes una millonada en un hotel de 5 estrellas. Si quieres y puedes hacerlo, es genial, pero también vale escaparse al pueblo unos días.

Invertir dinero en experiencias está mucho más relacionado con el bienestar que invertirlo en bienes materiales.

El cerebro en seguida se acostumbra a los estímulos nuevos, por lo que tu nuevo móvil, coche o casa, enseguida dejarán de producirte placer.

Mientras que las experiencias, como los viajes, permanecen en nuestra memoria y nos dejan para siempre momentos inolvidables a los que volver siempre que queramos.

Aprende a hacer algo nuevo

Cuando uno empieza a realizar una nueva actividad, todos los estímulos son desconocidos. Por ello, las emociones asociadas son mucho más intensas.

Si comienzas a hacer una actividad que requiere de práctica para mejorar, siempre tendrás nuevos retos a los que enfrentarte. Yo es algo que hago con mucha frecuencia, y te aseguro que me hace muy feliz.

No hace falta que seas demasiado original, pueden ser cosas cotidianas como aprender a cocinar un plato nuevo o aprender a tocar un instrumento. Muchas veces en la sencillez está la respuesta.

Encima, tenemos a nuestra disposición la mejor de las escuelas. En internet tienes tutoriales para casi todo, por lo que tampoco hace falta que te gastes demasiado dinero.

Sal a la calle

Que te de el sol. Por supuesto, no de forma directa ni en las horas centrales del día. Pero la exposición moderada a los rayos del Sol, mejora el estado de ánimo.

No utilices tus vacaciones para quedarte sentado viendo el sofá. Te aseguro que es una de las formas de empeorar tu estado de ánimo.

Sal a caminar o con tus amigos a comer en el campo. Vete a la playa o a la piscina. Disfruta del día.

Es más, si quieres ver el espectáculo más impresionante de la naturaleza, lo tienes todas las mañanas y todas las tardes. Vete a una montaña a ver amanecer o atardecer. Es algo impresionante que nos perdamos todos los días.

Tómate las cosas con calma

El trabajo va a seguir estando en el mismo sitio donde lo dejaste. Aprovecha este periodo para dedicarte a lo verdaderamente importante.

Empieza a hacer un cambio en tus prioridades y trátate con cariño. Nos pasamos la vida corriendo de un lado para otro y nos perdemos lo más preciado que tenemos, que es nuestro presente.

Dedícate todos los días 10 minutos a ti mismo. Aprende a hacerlo y por supuesto, cuando acabe el verano, mantén la nueva rutina.

Te pillarás muchas veces pensando “tengo que”, cambia estos pensamientos por “me gustaría”, no hay nada tan urgente que no pueda esperar.

Vuelta a casa

La vuelta a la rutina también puede ocasionar malestar o incluso provocar la conocida como “depresión post vacacional”. Intentar que la vuelta se produzca de manera gradual suaviza los efectos negativos del retorno.

 

SÍNTESIS

Las vacaciones son siempre una buena oportunidad para poder plantearse comenzar una nueva perspectiva de vida, aunar fuerzas para el otoño y poder afrontar los cambios que vendrán.

Mi recomendación es que cambies tus hábitos este verano. No dejes pasar la oportunidad de hacer un punto de inflexión en tu vida.

Aprovecha esta época para empezar a vivir de la forma en la que te gustaría.

Aprende a regular emociones, instaura hábitos saludables, disfruta de la naturaleza, aprende a valorar a los que te rodean y pasa tiempo de calidad con ellos.

De verdad que no te arrepentirás.